Creo que mi futuro ha quedado bien claro: gestión, inspección y recaudación, tal como decía nuestro profesor de derecho financiero, al que un día le dedicaré una entrada de este blog.
Lo de la Hacienda Pública y yo no fué de esos amores instantaneos que después se diluyen, fué, al principio, una relación de amor-odio que, posteriormente, al redescubrir los entresijos del derecho tributario, se tornó en completa y desinteresada entrega.
Así es, esporádicos y contados lectores, el derecho tributario y la fiscalidad serán los ejes de mi vida profesional.
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